Antes de hablar del colecho debo recalcar que no existe la crianza perfecta, cada familia y cada bebé es diferente y tiene necesidades diferentes. No existe una fórmula secreta para la crianza perfecta y no debemos caer en el error de creer que si hacemos o no algo estamos haciendo una crianza errónea... la crianza ideal es la que papá y mamá decidan siempre y cuando exista un ambiente de respeto y preserve siempre el bienestar del bebé.
¿Qué es el colecho?
Colecho es cuando la madre y el bebé comparten la misma superficie segura a la hora de dormir. Ya sea en la misma cama o en una cuna adaptada para incluirla al lado de la cama de los padres (existen cunas diseñadas para el colecho).
Si bien es una técnica que se practica desde hace mucho tiempo en lugares como Japón, Nueva Zelanda, Hong Kong y algunas comunidades asiáticas del reino unido, teniendo múltiples beneficios, es también muy controversial y poco aceptada por los países occidentales. Analicemos pues los pros y los contras del colecho.
Recordemos que de todos los mamíferos recién nacidos, el ser humano es el menos maduro y también el más dependiente. No podemos satisfacer nuestras necesidades nutricionales, afectivas y físicas, por lo tanto, nuestra madre (o cuidadores) son nuestros proveedores. Nuestra madre juega un papel principal en éste proceso, brindando alimento (leche materna) y protección (contacto piel a piel). El colecho es una herramienta hermana de la lactancia, pues se ha visto que al practicarlo aumenta la prevalencia y la duración de ésta brindando también beneficios como:
-Mejor termorregulación y estabilidad cardiorespiratoria en el bebé.
-Menores episodios de llanto
-Mayor producción de leche
-Sincronización del sueño de la madre y del hijo
Y aunque usted no lo crea: disminuye el riesgo de la muerte súbita del lactante, pues al sincronizar su sueño con el de la madre, el bebé se despierta con más facilidad, acortando la fase de sueño profundo, creando así una protección ante éste fenómeno.
El bebé, al dormir con la cara y cuerpo orientado hacia el pecho de su madre, puede acceder al seno materno, despertar y mamar sin necesidad de despertar completamente a la madre.
Dormir en la misma cama refuerza también el vínculo afectivo entre los padres y el bebé, facilitando la interacción familiar. Existen estudios que indican que quienes experimentaron el colecho en su primera infancia, de adultos demuestran mayor autoestima, más autocontrol y mayor tolerancia al estrés.
Al tener al bebé en nuestra cama se deberá en todo momento seguir las siguientes condiciones:
-Un colchón firme, nunca colchón de agua, nunca un sofá. Y éste deberá ser amplio.
- No utilizar cobijas o edredones pesados.
- No abrigar mucho al bebé y deberá dormir boca arriba
-Buscar una temperatura en la habitación agradable (no muy caliente)
- Los padres deben evitar fumar, o dormir con el bebé en estado alcohólico, no tomar sedantes ni practicarlo si algún de los padres presenta obesidad mórbida.
Contras:
Como lo mencioné, existen corrientes occidentales que lo definen como perjudicial para el bebé al existir un riesgo de asfixia
(OJO: riesgo de asfixia no es igual que la muerte súbita del lactante)
Nota personal: el colecho debe realizarse en superficies planas y con seguras, sin elementos que puedan obstruir o asfixiar al bebé por ejemplo, almohadas, cobijas o un exceso de ropa en el bebé.
También se dice que pudieran verse afectadas las relaciones íntimas de los padres.
Nota personal: o también pudiera verse beneficiada dándole un toque de creatividad a tus relaciones, la cama está relacionada con las relaciones sexuales, pero existen muchos más lugares para el acto, y muchos más horarios ;)
Se puede considerar antihigiénico.
Nota personal: a todo mundo nos gusta dormir en una cama limpia y qué mejor que después de un buen baño. Verdaderamente me resulta un poco absurdo este punto.
Cabe mencionar que el colecho siempre debe ser una decisión entre papá y mamá, los dos deberán de estar de acuerdo en todo momento. No existe la receta de la súper crianza para tu bebé, cada familia es diferente y también sus necesidades. Personalmente, tengo bastante claro que dormir con mi nena y mi esposo ha sido una de las experiencias más naturales y enriquecedoras, finalmente y como dicen los expertos: “¿a quién no le gusta dormir acompañado?”
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