Tuvimos la oportunidad de pasar el fin de semana con amigos,
que son como familia, todos ellos ya casados y la mayoría con hijos de entre
los 2 y los 6 años, casi todos en el
grupo son médicos y una especialista en medicina familiar comentó que su hijo
tenía trastornos del sueño, y tras una investigación, se dio cuenta que el uso
de tablets o celulares en niños dañan sus conexiones neuronales y bla bla bla…
cosas muy interesantes y de mucho valor cultural, pero yo en realidad me quedé
en mi nube de ideas pensando… ¿cuánto daño hacemos a nuestros hijos al
prestarles nuestros teléfonos?
Tenía 15 años cuando tuve mi primer celular, de esos que
parecen ladrillo y salvo el jueguito de una víbora que crecía y perdías cuando
chocaba con ella misma jaja, el único fin del celular era contestar, hablar y
colgar… pero los avances tecnológicos han sido enormes!!! Ahora ya tenemos
hasta un reloj que nos avisa cuando tenemos notificaciones y mensajes (¡qué
estrés!!!) al principio de este bum de tablets y celulares con pantallas
táctiles, era muy curioso ver cómo un nene de 8 o 10 meses ya intentaba picarle
a la pantalla… después los vídeos musicales para niños que vaya que entretienen
un rato a los nenes, aplicaciones y bueno… ¿qué pasa detrás de todo esto?
Es sabido que los primeros dos años el crecimiento del
cerebro triplica su tamaño y éste continúa en un estado de rápido desarrollo
hasta los 21 años de edad. Nuestro cerebro se desarrolla gracias a estímulos
ambientales o falta del mismo, me explicaba un especialista… imagina que Majo
hoy se subió por primera vez a una bicicleta, es algo nuevo para ella… y se
subió y pues… nunca la ha usado y se cae… pero se vuelve a subir… y se cae, su
cerebro tiene que generar conexiones nerviosas para adquirir esa habilidad… se
va a dormir y al día siguiente, tras un rato más de práctica, lo logra!
Mientras más estimulemos a nuestros hijos con nuestro entorno, con habilidades,
movimientos y sensaciones, más estimularemos el desarrollo de su cerebro y por
ende su inteligencia, su capacidad de atención y concentración, y todas las
habilidades motoras, del habla, etc.
Entonces caí en cuenta que no se necesita
mucho rollo para explicar el daño del uso de las tablets y teléfonos: al estar los niños tan abstraídos con los
aparatos, se estimulan en menor medida habilidades como el habla, la escucha,
la observación del entorno y la empatía. Por lo tanto, se podrían presentar
dificultades en esas áreas. Y todo lo
demás es consecuencia de lo mismo, si no practica su empatía con los demás,
pues lo más probable es que el nene sea poco sociable, si no practica su
habilidad del habla, pues lo más probable es que su habla sea tardía o genere
trastornos de esta, y así pues, pensé… tal vez los minutos que Majo está con el
teléfono, lo más probable es que sean minutos que estoy perdiendo en estimular
su cerebro y más en ésta fase tan importante de desarrollo… Aclaro que no estoy
satanizando estos aparatos, esto es solo mi opinión personal.
Tomando en cuenta que La Academia Americana de Pediatría y
la Sociedad Canadiense de Pediatría establecen que los bebés de 0 a 2 años no
deben tener ningún contacto con dispositivos portátiles (teléfonos celulares,
tabletas, juegos electrónicos), de 3 a 5 años restringirlos a una hora por día
(personalmente se me hace demasiado tiempo), y de 6 a 18 años a 2 horas por
día. Me hace pensar que no estoy tan equivocada al respecto.
¿Cómo pude mediar el uso de los aparatos electrónicos?
Después de haber hablado con mi esposo del tema, llegamos al
acuerdo de CERO pantallas a Majo. Al principio en verdad fue difícil, pues apenas
sacaba mi teléfono, me pedía que le pusiera a “coco”… Bueno pues entendí el
mensaje divino jajaja: PRACTICA LO QUE PREDICAS. Si no quiero que Majo use los
celulares, tengo que poner el ejemplo. Lo cual nos llevó a un segundo acuerdo
entre mi esposo y yo: Mientras estemos con Majo, no hay celulares, ni a la
vista ni nada. Cada que ella se acordaba y me pedía el celular, la distraía con
otra actividad, poco a poco las rabietas han ido disminuyendo, y ella ha ido
olvidando que el celular es para jugar.
En realidad, considero que hay videos que pudieran ayudarle
a aprender, por ejemplo, los colores, los números, otro idioma, de hecho
existen fuentes como Lisa Guernsey, directora de tecnologías de aprendizaje de
la fundación New America que menciona que se pueden valer el uso de esos
aparatos a modo de herramienta de aprendizaje, mientras sea bajo un acuerdo de
determinado tiempo, es decir, sólo por unos minutos, y siempre bajo tu
supervisión e interacción, por ejemplo, una aplicación que cuente un cuento y
tú estás con el explicándole lo que sucede en la pantalla, una canción que
hable de los números y tu refuerzas el aprendizaje en conjunto. Yo, por mi
parte, considero que hay formas de que aprenda lo mismo sin necesidad de una
pantalla e interactuando conmigo a manera de juego obteniendo un beneficio
doble.
No digo que nunca más le prestaré mi teléfono, ni que las
personas que lo hacen son malos padres, siempre defiendo que no hay crianza
perfecta, sin embargo, considero que es una buena medida y una excelente oportunidad
para generar en nuestros pequeños la iniciativa, la creatividad, la
imaginación, la habilidad de observación de la naturaleza, la habilidad de
socializar y expresar sus emociones. Ya llegará el momento en que mi Majo sea
adulta y se vea en la necesidad de estar pegada al teléfono por cuestiones
laborales y personales… por hoy solo necesita disfrutar de su infancia, de sus
padres y de su entorno natural…
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